La partida sexual: el ejemplo del Funk carioca
Una batida un ritmo, resuena aquello que es nuestro en lo más Ãntimo, lo conocido, lo extraño, lo mÃo y lo ajeno. Todo sonido es un abridor de envoltorios, como dirÃa Pascal Quignard . El cuerpo nuestro envoltorio más personal y singular, es igual y diferente a la vez, el tiene sus propias melodÃas y ritmos. La danza le da al cuerpo femenino el poder de la posesión y del enigma, le permite mostrar su lado erótico y seductor. Las danzas son parte de rituales de procreación, los movimientos de determinadas áreas del cuerpo intentan demostrar el atractivo sexual y competitividad reproductiva. Desde el Psicoanálisis Lacaniano, esa partida sexual es un juego de parecer entre los sexos, ellos se adentran a un juego de seducción, a un juego de máscaras, intentando mostrar para el otro lo que no es ni se tiene, ese juego entre los sexos lo intentaré ejemplificar con la música Funk carioca, un estilo oriundo de la ciudad de Rio de Janeiro. El Funk tiene sus orÃgenes como un legado del Hip Hop,